#Fronteras
A través de la metodología de Diseño de Espacios Públicos, realizada con niños de 9 a 14 años, el proyecto Conexiones Urbanas desarrolló una propuesta para mejorar los espacios públicos en las ciudades fronterizas de Barracão (PR) y Bernardo de Irigoyen (Argentina). Los proyectos fueron presentados esta semana en las escuelas participantes.
Un grupo de 24 niños brasileños y argentinos de 9 a 14 años fueron los colaboradores del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) en la propuesta de recalificar dos espacios públicos en la frontera entre Brasil y Argentina. La iniciativa forma parte del proyecto Conexiones Urbanas, que realizó talleres sobre la metodología del Diseño de Espacios Públicos en dos escuelas de las ciudades de Barracão (Paraná) y Bernardo de Irigoyen (Argentina) para instigar a niños y jóvenes a pensar en los espacios públicos que desean.
El lunes (15), el equipo del proyecto regresó a las ciudades para presentar a los estudiantes y a la comunidad los proyectos arquitectónicos realizados a partir de sus sugerencias. El material fue compartido con los municipios locales, con el fin de continuar la acción. La idea es que estos espacios públicos puedan mejorar la calidad de vida y promover la cohesión social en las zonas urbanas en el contexto de las fronteras.
Realizados en marzo, los talleres se realizaron en la Escuela Municipal Érico Veríssimo, en Barracão, y en la Escuela Provincial “765 – La Más Oriental del País”, en Bernardo de Irigoyen. Incluso en contextos diferentes, el resultado fue una mirada conjunta al mismo territorio, compartido por las dos nacionalidades.
En el lado brasileño, los niños pensaron en soluciones para el barrio Industrial, un área alejada del centro de la ciudad. Propusieron equipos como parques infantiles y canchas deportivas, así como soluciones para hacer que las calles sean más seguras para caminar, pensando desde las señales de tráfico hasta su mantenimiento.
“Me gustó mucho que fuéramos nosotros los que hicimos este proyecto, y que él va a convertirse en una verdadera plaza. Estaremos allí casi todos los días jugando. Es algo que se mantendrá”, dice Ana Carolina Chiogna, alumna de 5° grado que participó de los talleres. Su colega Stephanie Dias agrega: “El proyecto fue realmente genial. Es tan bueno saber que todo esto fue hecho por nosotros. Hay mucha gente que no está usando las plazas, y yo creo que con este proyecto los niños van a jugar y divertirse”.
En Bernardo de Irigoyen, los talleres se centraron en una plaza en un espacio verde cerca de la frontera, con gran potencial de uso y convivencia armoniosa entre las dos nacionalidades. Los estudiantes buscaron servir a audiencias diversas en edades, gustos y necesidades. Una escuela de robótica, una escuela de inteligencia emocional, un espacio de picnic y la descontaminación de un arroyo fueron algunas de las sugerencias. “Fue muy divertido, nunca me imaginé haciendo todo esto. Propusimos un lugar para jugar cerca del arroyo y una cancha de fútbol para poder hacer campeonatos”, dijo Yeniffer Guzmán, una estudiante de 11 años.
La metodología contribuye a lograr uno de los objetivos del proyecto: ayudar a los gobiernos locales a mejorar sus espacios públicos para que sean más inclusivos y sostenibles, integrando a la población de ambos países. La coordinadora local del proyecto, Camilla Almeida, explica que la participación de la comunidad en la elaboración de las propuestas es fundamental para crear espacios públicos que satisfagan las necesidades locales y que, en el caso de estas ciudades, la emoción de todos los participantes superó las expectativas.
“Creemos firmemente en la importancia de los espacios públicos de calidad como lugares de encuentro y convivencia, especialmente en las ciudades fronterizas, donde estos espacios tienen el potencial de valorar la interacción entre personas de diferentes nacionalidades. En esta región, observamos que el 30% de la población está formada por niños y adolescentes, un número significativo. Por eso, consideramos fundamental crear un proceso participativo que pueda involucrarlo en el diseño de plazas para sus barrios, permitiéndoles sentirse parte activa de la transformación de los espacios públicos y fomentando su desarrollo como ciudadanos responsables y conscientes de su entorno”, explica Camilla.
El secretario general de la Municipalidad de Barracão, José Borsatto, reiteró la importancia del proyecto a nivel local, que está colaborando en la elaboración del Plan Director de la ciudad. “Es un privilegio para nosotros recibir esta experiencia. Estas plazas tienen todo lo que un niño esperaría y tendrán un impacto en la vida de otros niños y de toda la ciudad en los años venideros. El futuro de nuestro municipio está en manos de estos niños”, refuerza.

Los talleres de ONU-Hábitat realizados en escuelas de Barracão (PR) y Bernardo de Irigoyen (Argentina) alentaron a los estudiantes a imaginar espacios públicos que promuevan la integración de la población. En la foto, propuesta preparada para la plaza en Bernardo de Irigoyen. Imagen: Tâmara Ribeiro/Clara Teodoro



