#Gripe
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), afirmó que se vivió en los últimos 12 meses una «situación sin precedente» en Latinoamérica y el Caribe, donde 16 países confirmaron casos de influenza aviar que produjo la muerte o el sacrificio de 12,5 millones de aves, y una «afectación inédita de unos 30 mil mamíferos marinos y de aves silvestres».
Según el oficial de Ganadería Sostenible, Sanidad Animal y Biodiversidad para América Latina y el Caribe, Andrés González, «lo vivido en los últimos 12 meses fue una situación sin precedentes para América Latina y el Caribe».
«El virus evolucionó por su capacidad de interactuar con poblaciones de aves migratorias» y agregó que la enfermedad se diseminó «en sus rutas normales desde norte hacia el sur del continente, propagándose así en las aves domésticas, especialmente en granjas con bajos niveles de bioseguridad», precisó.
En este contexto, dos personas en el continente fueron infectadas por el virus -uno en Ecuador y otro en Chile-, y 12,5 millones de aves que murieron o fueron sacrificadas «para contener la propagación en la región».
«Pese a los esfuerzos de los servicios veterinarios oficiales de cada país, se hizo prácticamente imposible evitar que ingrese», sostuvo y añadió que «como enfermedad transfronteriza, esta se requiere afrontar con un enfoque de carácter regional».
El funcionario subrayó que «garantizar la salud y el bienestar animal, y por consiguiente la seguridad alimentaria de las personas es clave».
En la actualidad, América Latina y el Caribe produce en torno al 20% de la carne de ave y el 10% de los huevos que se consumen en el mundo.
Aunque la ciencia comprobó que el virus de la influenza aviar no se traspasa a los humanos por el consumo (siempre deben ser bien cocinados), «no es menos cierto que impacta drásticamente en la población avícola, por lo que golpea directamente los esfuerzos por garantizar la seguridad alimentaria y avanzar hacia el hambre cero en la región, además de destruir medios de vida», observó el funcionario de la FAO.
Desde el organismo de la ONU llamaron a trabajar juntos porque «es la única forma de enfrentar este enorme desafío global» y remarcaron que todos los «esfuerzos apuntaron efectivamente a interpretar el fenómeno epidemiológico de la enfermedad, estandarizar los procedimientos de bioseguridad, vigilancia y control, así como a mejorar las capacidades técnicas».